Muchas veces quisiera no ser yo, pero después me pongo a pensar y realmente me gusta ser yo.
Porque somos diferentes, cuando era pequeña que tendría unos 7 u 8 años me costaba mucho trabajo aceptarme, siempre buscaba parecerme a alguien más, copiarles a los demás, para que me aceptaran como soy, pero al transcurrir el tiempo entiendes con mucho trabajo que es difícil vivir, que al menos yo me hacía solita la vida pesada por querer complacer a los demás.
Recuerdo que mi mamá siempre me tuvo confianza, hablaba conmigo para elevar mi autoestima, pero algo dentro de mi cabecita no dejaba que viera más allá, que tenía cualidades que explotar. Prefería creer a los demás lo que decían de mi que no era fuerte, que era fea, que no valía, y es que de niños somos bien crueles, porque hasta yo llegué a aprovecharme de alguno que otro niño o niña.
Afortunadamente o desafortunadamente me tocó ir al psicólogo, no sé si me ayudó o me dejó peor, jijijijijijijijijijijijijij.
Pero ahora me he hecho más fuerte, aunque sigo siendo crédula, no pierdo la esperanza de que aún hay bondad en el ser humano, mientras tanto sigo creciendo y avanzando.
Me quiero, me acepto tal y como soy con mis locuras y con mis cualidades, me amo, pues soy yo...
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