sábado, 4 de agosto de 2012

Cuando me llamas...

Cuando suena mi teléfono y veo que es tu número, mi sonrisa se dibuja en automático.
Me hace feliz saber que te importo, que quieres escuchar mi voz y que de alguna manera me extrañas.
Puedo  inspirarme a escribir estas cuantas líneas, que sé que no lees, pero no importa, espero que nunca me descubras, que no sepas nada de lo que siento.

No quiero correr por el momento, quiero caminar lento, pero seguro, ya no quiero tropezarme, porque duelen mucho las reparaciones de las descalabradas.

Me estoy sintiendo bien sin una pareja, aunque realmente, pensándolo bien, jamás he tenido alguna, de acuerdo a lo que significa ésa palabra.

Siempre estuve con alguien por no sentirme y estar sola, no entendía muy bien el hecho de que la soledad es un estado totalmente reconfortante, ya que realmente nunca estamos solos, así nos sentimos nadamás, ya que estamos constantemente rodeados de muchísima gente, que aunque no conozcamos compartimos algo, el aire que respiramos, el transporte que utilizamos, la maldad y/o bondad que llevamos, la felicidad o tristeza que sintamos. 

Ahora sin novio o algo parecido a "eso" me siento sumamente feliz y libre, puesto que me estoy reconociendo, sabiendo y aprendiendo lo que realmente necesito. Además de que nunca equilibré nada, ya que soy una extremista incurable. Tal vez exista, alguna vez, en algún futuro el equilibrio en mí.

Y si no existe, pues no importa, mientras tanto:

¡A vivir y ser feliz!


No hay comentarios: